miércoles, 18 de noviembre de 2015

GABRIELA MISTRAL Y EL PEN CLUB



Algunas breves referencias de Gabriela Mistral y el PEN Club

Tan pronto Gabriela Mistral (1889-1957) ha terminado su colaboración con los programas educativos del ministro José Vasconcelos, deja México (1924). Viaja a los Estados Unidos algunos meses y, luego, a España y otros países europeos. En Madrid, y en noviembre de 1924, y ya admirada por los círculos literarios y culturales (la editorial madrileña Saturnino Calleja recién había publicado su libro Ternura) recibió un  homenaje del PEN Club. Gabriela Mistral agradeció dicho homenaje leyendo un poema compuesto para la ocasión, titulado Salutación (“Os traigo en voz cansada, repecho  de montaña / andina, la que deja quemadas las entrañas, / y mexicana luz en el ojo agrandado / de maravilla sobre mi Anahuac dorado”). El poema fue publicado en el periódico “El Sol”, Madrid, 17 de diciembre, 1924).

En septiembre de 1935 el Senado de la República de Chile, aprueba una ley especial, solicitada por el Presidente Arturo Alessandri Palma, que crea el cargo consular inamovible y vitalicio para Gabriela Mistral. Dicha iniciativa fue sugerida al Presidente de Chile por un  grupo de intelectuales europeos (entre ellos Miguel de Unamuno, Romian Rolland, Maurice Maeterlink, George Duhamel), petición a la cual adhirió también el PEN Club Argentina, además de algunas asociaciones de señoras chilenas.

En el mes de junio de 1937,  Gabriela Mistral,  Cónsul de Chile en Lisboa, Portugal, viaja a París invitada especialmente para asistir a reuniones del PEN Club y del Comité de Artes y Letras del Instituto Internacional de Cooperación Intelectual.

Durante sus residencias en los Estados Unidos, y ya Premio Nobel de Literatura (1945), Gabriela Mistral desempeñó funciones consulares (1946-1948) en California (Los Ángeles, Santa Bárbara) y en Nueva York (1953-1956). No hay registro específico de alguna relación de la autora chilena con el PEN Club. Pero es de suponer que ella estuvo más de alguna vez invitada a por este prestigioso organismo de intelectuales, tanto para ser homenajeada como para escuchar de ella misma conferencias o lecturas de sus propios poemas.  Y toda vez que Gabriela Mistral, durante esas respectivas fechas y etapas de su residencia norteamericana, tuvo una  muy  activa participación pública y múltiples invitaciones tanto de organismos públicos e internacionales como de instituciones privadas. “Después de lo de Estocolmo no he tenido sosiego”, decía ella, refiriéndose a sus muchos y variados compromisos. Pienso que el PEN Club no estuvo ajeno a ella ni ella del PEN Club con el cual mantuvo siempre vínculos en distintos países.

Jaime Quezada
Santiago, septiembre, 2015.

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