Algunas breves referencias de Gabriela Mistral y el PEN
Club
Tan pronto Gabriela
Mistral (1889-1957) ha terminado su colaboración con los programas educativos
del ministro José Vasconcelos, deja México (1924). Viaja a los Estados Unidos
algunos meses y, luego, a España y otros países europeos. En Madrid, y en
noviembre de 1924, y ya admirada por los círculos literarios y culturales (la
editorial madrileña Saturnino Calleja recién había publicado su libro Ternura) recibió un homenaje del PEN Club. Gabriela Mistral agradeció dicho homenaje leyendo un
poema compuesto para la ocasión, titulado Salutación
(“Os traigo en voz cansada, repecho de
montaña / andina, la que deja quemadas las entrañas, / y mexicana luz en el ojo
agrandado / de maravilla sobre mi Anahuac dorado”). El poema fue publicado en
el periódico “El Sol”, Madrid, 17 de diciembre, 1924).
En septiembre de
1935 el Senado de la
República de Chile, aprueba una ley especial, solicitada por
el Presidente Arturo Alessandri Palma, que crea el cargo consular inamovible y
vitalicio para Gabriela Mistral. Dicha iniciativa fue sugerida al Presidente de
Chile por un grupo de intelectuales
europeos (entre ellos Miguel de Unamuno, Romian Rolland, Maurice Maeterlink,
George Duhamel), petición a la cual adhirió también el PEN Club Argentina, además de algunas asociaciones de señoras
chilenas.
En el mes de junio
de 1937, Gabriela Mistral, Cónsul de Chile en Lisboa, Portugal, viaja a
París invitada especialmente para asistir a reuniones del PEN Club y del Comité de Artes y Letras del Instituto Internacional
de Cooperación Intelectual.
Durante sus
residencias en los Estados Unidos, y ya Premio Nobel de Literatura (1945),
Gabriela Mistral desempeñó funciones consulares (1946-1948) en California (Los
Ángeles, Santa Bárbara) y en Nueva York (1953-1956). No hay registro específico
de alguna relación de la autora chilena con el PEN Club. Pero es de suponer que
ella estuvo más de alguna vez invitada a por este prestigioso organismo de intelectuales,
tanto para ser homenajeada como para escuchar de ella misma conferencias o
lecturas de sus propios poemas. Y toda
vez que Gabriela Mistral, durante esas respectivas fechas y etapas de su
residencia norteamericana, tuvo una
muy activa participación pública
y múltiples invitaciones tanto de organismos públicos e internacionales como de
instituciones privadas. “Después de lo de Estocolmo no he tenido sosiego”,
decía ella, refiriéndose a sus muchos y variados compromisos. Pienso que el PEN
Club no estuvo ajeno a ella ni ella del PEN Club con el cual mantuvo siempre
vínculos en distintos países.
Jaime Quezada
Santiago,
septiembre, 2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario