Por Blanca del Río V. Doctor en Ciencias de la Educación (Francia). Escritora
Nace en LEBU en 1916 (*1) y murió el 25 de abril a las seis de la mañana, luego de haber sufrido un accidente cerebro-vascular el 22 de febrero de 2011.
No sé si por azar o porque quería rendirle un homenaje he estado estos últimos días, semanas… leyendo a Gonzalo Rojas en talleres y sola en la noche o al amanecer, cuando las pequeñeces cotidianas se aquietan y la poesía me mantiene en vigilia o me despierta.
Gonzalo Rojas es un creador de la madurez como es el caso del novelista lusitano José Saramago, otro autor que emprende la consolidación de su obra ya sexagenario.
Es en la segunda etapa de su vida, cuando llega a la sesentena que su escritura alcanza la intensidad poética y hace de Gonzalo Rojas el gran poeta que es hoy. El escritor había anteriormente, participado en algunas antologías y dado a luz solo La Miseria del Hombre en 1947 y dieciséis años después, en 1966 Contra la muerte. Como dijo en otra época Pablo Neruda cuando en una cena alguien le preguntó, estando el joven poeta presente -¿y qué piensas de Gonzalo Rojas? Y el Premio Nobel respondió:
-Sí, no es malo, pero escribe poquito. A lo que Gonzalo Rojas replicó:
“-y Neruda es un genio, pero escribe en demasía”.
Tal vez se necesite ser viejo para poder alcanzarlo todo, decía Rilke y es lo que sucede con este poeta. Su tercera obra Oscuro, es publicada en exilio, en Caracas (1977) cuando el escritor tiene 61 años. A partir de esa edad no cesa de escribir, produciendo un libro por año o cada dos o tres años, y como dice Eugenio Montejo en el prólogo de Poesía Esencial “no se trata solo de que Rojas, durante las dos siguientes décadas, se dé a publicar una serie de libros. En verdad, de poco habría valido la persistencia si tales títulos no se abonaran a un nuevo modo de decir poético, un novedoso desempeño de tonos y procedimientos que añaden luces inéditas a la escritura del poema en nuestra lengua.”
Al recapitular las etapas de su vida creadora confiesa asombrado: “estoy viviendo un reverdecimiento en el mejor sentido, una reniñez, una espontaneidad que casi no me explico […] es un ir a contrapelo del tiempo, un ir despojándose de las arrugas de la piel y de la retórica, un ir haciéndose cada vez más joven en la aspiración de ir acercándose a la palabra original […]. De veras, dice en 1998, a los ochenta años de edad, hay mocedades y mocedades: las veinteañeras y las octogenarias. Yo ando con el oxígeno fresco de las mocedades octogenarias desde el último diciembre”. (*2)
¿Por qué la poesía de Gonzalo Rojas nos interpela? ¿Cuál es su diccionario poético?
Excusen la autorreferencia, pero un poema o un escrito me gusta cuando un soplo que podría denominarse arte tremola entre sus líneas, cuando es autentico, cuando veo el hombre y la vida en contrapunto; cuando como decía Paul Valery, me inspira, me hace inventiva, me genera nuevas imágenes, emociones […] o como diría Harold Bloom, cuando termina por meterse bajo mi piel. Y eso sucede solo con algunos escritores.
Fabienne Bradu (Francia, 1954), doctora en lenguas romances por la Sorbona dice que lo que caracteriza a su poesía es la sorpresa. Sorprenderse y sorprender es, a fin de cuentas, lo que él hace en cada poema. Rara vez sabemos por dónde se va a ir el verso y
el universo bajo su pluma acelerada. Ella cita a Eduardo Milán quien señaló que la poesía de Gonzalo Rojas es un árbol de puras ramas, sin copas ni raíces, un puro vagar por las ramas. El sabe que nunca llegará a término. Se llama a sí mismo un poeta inconcluso, más aún, un hombre inconcluso y eso es -dice él mismo- inspirándose en Goethe, el oficio mayor de la poesía, nunca llegar al punto donde se sabe que nace y muere la poesía. Mi juego poético –escribe- es un gran tanteo, un gran balbuceo, es un gran tartamudeo y un gran centelleo: unir, rondar, machacar, ceñir, moverse hacia atrás y hacia delante, y nunca llegar.
Refiriéndose a su diccionario poético, Fabienne Bradu destaca que él gusta de las esdrújulas: relámpago, diáfano, súbito, oxígeno, Heráclito [...]. “Una palabra esdrújula es una forma de grito o celebración. Hay que levantar el tono para pronunciarla, suena como un estallido […]. Relámpago es sin duda la que mejor estalla y corre, se adelanta a su fin y lo demora con altivas resonancias”. (*3)
Relámpago es una palabra que el poeta ama de manera especial porque, según él cuenta, la descubrió acústica y ocularmente de niño en Lebu en una noche lluviosa en boca de uno de sus siete hermanitos, y esa palabra lo deslumbró. El habla de su poesía como un gran tartamudeo Y parece que ese gusto por las palabras esdrújulas proviene también de su infancia pues ellas están más cercanas al tartamudeo, a la expresión sonora de éste: re lám pa go. Y él fue tartamudo en su niñez, tenía además asma, perdió a su padre, minero del carbón, cerca de los cinco años. Y para colmo era pobre o por lo menos, su madre viuda tenía serios apremios económicos. Nada en el niño Gonzalo Rojas le parecía predisponer al éxito. Resiliente supo transformar en música y ritmo sus impedimentos físicos. De baja estatura, de rasgos algo toscos, su boca grande, sensual destaca en su fisonomía y será la palabra la que lo encumbre en el universo poético.
“-Voy corriendo en el viento de mi niñez en ese Lebu tormentoso y oigo tan claro la palabra “relámpago. Relámpago, relámpago. Y voy volando en ella y hasta me enciendo en ella todavía. Las toco, las beso a las palabras, las descubro y son mías desde los seis y los siete años; mías como esa veta de carbón que resplandece viva en el patio de mi casa […]. (*4)
Ingresa, gracias a una beca, al exigente internado conciliar de Concepción donde leyó todos los clásicos y también -dice él- todos los libros prohibidos de la biblioteca de ese colegio donde le toco la suerte de tener además, un gran profesor de literatura quien influye en su gusto y conocimiento de los poetas griegos y latinos. (*5)
¿Y la amistad… el amor, el sexo en la vida del poeta Gonzalo Rojas?. La amistad es un estado de gracia, exclama en una de sus entrevistas, mis hijos son mis grandes amigos. (*6)
¿El amor y el sexo?
El amor es, acaso, la última utopía que nos queda y es preferible salir del planeta si no se vive de amor […] dice en un texto del mismo nombre.
En relación a su poesía dice que ella es sexualizada, no es una erótica de la carne.
“-No,no,no, no es eso. Todo es sagrado: el orgasmo es sagrado […]”-dice en una entrevista en 2006 (*7). Expresa ser un místico turbulento, que le pasa como a Catulo: ama y desama, y vive enamorado del amor. Dice ser un viejoven pero no un viejo-verde, ser un animal de diálogo a quien le falta la mitad, y qué le va hacer. Y que cuando sueña con trescientas a la vez, no hay que creerle.
Octavio Paz, amigo de Rojas decía que el poema es un lenguaje erguido. La poesía de Rojas es justamente eso, erguida, enérgica, muchas veces concreta y esa energía no descansa solo en la temática de la celebración erótica del amor, la libertad, el riesgo, el deslumbramiento sino también en las palabras. Viejo y todo-decía él-estoy por la lozanía en absoluto y ser lozano significa genuinidad, autenticidad, y tal vez por qué negarlo-salud. Esta lozanía es como un autoaceitamiento de mi propio ejercicio imaginativo.
Gonzalo Rojas no solo escribió poesía, también tiene textos en prosa: discursos en sus cátedras universitarias, en los lanzamientos de sus poemarios, en las entrevistas a diarios y revistas. Y lo que caracteriza a su prosa, muy similar desde el punto de vista estilístico a su poesía, es que- citando igualmente a Eduardo Milán- es también un árbol de puras ramas : “[…] ya verán mis oyentes que les voy hablando de todo como al desgaire […] o […] no se fastidien con mi sintaxis deshilachada. Me sale así como respiro […] (*8)
Su prosa se distingue igualmente por su honestidad, la modestia del hombre que habla o escribe (*9). Se llama un aprendiz inconcluso y “yo les digo que no es para tanto, nunca es para tanto”- decía –cuando celebraban sus méritos”.
Gonzalo Rojas murió hace un par de días, pero la poesía, decía, Fabienne Fabru no se extingue con la envoltura mortal, no muere con la muerte del poeta; la poesía de pronto calla y reencarna como si tuviera una existencia y una resistencia a toda prueba.
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*1. El poeta habría nacido en 1916, según algunos familiares cercanos, y no en 1917 como algunas biografías lo señalan.
*2, 3, 5, 9.Gonzalo Rojas, Poesía Esencial, Antología.Edit.Andrés Bello, Barcelona, 2001.
*4. La “otra voz” de Gonzalo Rojas, Fabienne Bradu. Las vergüenzas vitalicias (Diario de Chile) Grupo editorial Vid, S.A.De C.V. Colección Afrodita, 1999
*6. El cura alemán Guillermo Junemann Bechschafer.
*7.Casado dos veces con María Mackenzie e Hilda May tiene dos hijos, Rodrigo Rojas Mackenzie de la primera y Gonzalo Rojas-May Ortiz de la segunda.
*8- Gonzalo Mendoza. Gonzalo Rojas.Poeta. La Tercera sábado 30 de abril de 2011.
*10.Ha publicado un sinnúmero de obras literarias, galardonado con diferentes premios, entre otros, El Premio Nacional de Literatura de Chile (1992); Premio Miguel de Cervantes (2003) Premio Reina Sofía, España (2003). Su obra ha sido traducida a varios idiomas y su nombre aparece en gran parte de las antologías literarias del mundo.
Referencias: las obras más relevantes del autor, antologías, entrevistas, emisiones televisadas y textos por Internet de Gonzalo Rojas.
Excelente artículo, gracias Blanca
ResponderEliminarMuchas gracias Ana. Siempre motiva recibir un buen comentario tanto más cuanto no es fácil juzgar la obra literaria de un buen poeta. Blanca
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